Las evaluaciones de promoción de la higiene (HP) buscan entender las vulnerabilidades y capacidades de WASH de la población afectada (que con frecuencia incluye a la comunidad receptora) e identificar cómo priorizar y responder de la mejor manera a sus necesidades diversas (capítulo E ) y cambiantes.
Un proceso de evaluación de HP en emergencias suele conllevar: (1) Planificación de la evaluación (2) Evaluación rápida inmediata, (3) Evaluaciones en profundidad o evaluación formativa según lo permita el tiempo, (4) Conversaciones constantes y opiniones de la comunidad y otras partes interesadas A.3.
El proceso, recursos, herramientas y equipos deberían, idealmente, haber sido identificados y desarrollados durante la fase de preparación y haber incluido la recolección y análisis de información previa a la crisis (p. ej., datos epidemiológicos o análisis del mercado antes de la crisis), para que la evaluación durante una emergencia sea más fácil.
La evaluación debe emprenderse preferentemente antes de la implementación del programa, pero en una emergencia de inicio rápido, es posible que sea necesario tomar acciones inmediatas basadas solamente en una evaluación rápida y que se refinen con el tiempo.
La evaluación no es una actividad de una sola vez. En una emergencia, los datos pueden quedar desactualizados rápidamente ya que la situación puede evolucionar con rapidez: serán necesarios análisis y evaluaciones constantes.
Los datos de las evaluaciones deben analizarse y después usarse para informar la planificación del programa (los datos que no se prevé usar no deberían recopilarse).
La escala de la evaluación dependerá de la fase de la emergencia y los recursos disponibles. En la fase aguda, hay que concentrarse en recopilar y analizar información que sea “esencial conocer” para la planificación del programa.
La coordinación y la colaboración con todas las partes interesadas P.9 son fundamentales para minimizar el desperdicio de recursos, usar información y conocimientos de forma eficiente y eficaz, informar la respuesta y minimizar la fatiga de evaluación de la comunidad.
La evaluación, análisis y planificación deben considerar las necesidades y el contexto, los riesgos de prioridades y determinantes de conductas de higiene (A.2 y capítulo B ) además de las capacidades existentes de las autoridades nacionales y locales y las poblaciones afectadas A.6.
Se puede recopilar una cantidad significativa de información de fuentes de datos secundarios como evaluaciones, encuestas e informes existentes; estos deberían revisarse rápidamente. Sin embargo, las evaluaciones no pueden basarse solamente en datos secundarios: recopilar algunos “datos primarios” e interactuar con la población afectada no es negociable, incluso en una emergencia.
Una evaluación de HP debería realizarse de manera sistemática y debería registrarse de manera que les permita a otros entender cómo se llegó a las decisiones sobre el programa.
Las evaluaciones participativas incentivan a los miembros de la comunidad a evaluar y analizar su propia situación y pueden ser poderosas herramientas para identificar y estimular acciones definidas por la comunidad.
Las evaluaciones no coordinadas, extensas y repetidas pueden contribuir con la frustración y una erosión de la confianza con las comunidades. Es importante reconocer que, en una emergencia, las personas con frecuencia estarán traumatizadas y podrían considerar que una evaluación es invasiva.
Los marcos de planificación y análisis, como Marco teórico y Diagrama de problemas T.25, pueden ayudar en el proceso de definir qué espera lograr el programa y cómo.
Coordinar, planificar y compartir la evaluación y análisis con otros P.9 para evitar la duplicación. Decidir quién hace qué, dónde y cuándo. Los grupos que trabajan en evaluaciones con roles y responsabilidades claros son útiles.
Prestar atención a la seguridad del personal y de las comunidades y capacitar y preparar al equipo de evaluación. Garantizar que solo hagan las preguntas relevantes y sepan cómo derivar cualquier preocupación en relación con la protección, salud mental o seguridad.
Revisar los datos secundarios disponibles y decidir su relevancia y aplicabilidad al contexto específico. Luego identificar los datos clave adicionales que es necesario recopilar. Especialmente en la fase aguda, hay que centrarse en lo que es esencial en lugar de lo que estaría bueno o sería útil saber (figura 6). Puede ser útil identificar los indicadores que se quiere evaluar, como por ejemplo, la cantidad de niños menores de cinco años que usan bacinicas, y luego diseñar las preguntas que necesitaría hacer para captar este indicador. Identificar una estrategia de muestreo A.4 y elaborar un plan de acción (A.3 y A.9).
Involucrar a partes interesadas primarias (comunidades afectadas) y secundarias (departamentos gubernamentales locales y nacionales). Esto podría incluir invitaciones a miembros de la comunidad afectada o al departamento de WASH local para que se unan al equipo de evaluación. Identificar la capacidad y el rol de los actores locales de HP en, por ejemplo, los servicios médicos y sociales y las redes/comités/organizaciones locales de la comunidad, además de los voluntarios.
Identificar diferentes grupos de la comunidad (p. ej., hombres, mujeres, adolescentes, personas de edad avanzada, personas con discapacidades) y establecer quiénes son marginados o particularmente vulnerables. Reconocer que los miembros de la comunidad afectada son “expertos” en su situación y tienen conocimiento para compartir.
Garantizar que los procesos de evaluación sean inclusivos y accesibles, incluso para personas con dificultad para salir de sus casas o para comunicarse.
Establecer equipos con equilibrio de género (lo que incluye intérpretes) donde sea posible y recopilar información desagregada por edad, sexo y discapacidad, como mínimo.
Recordar la importancia de comunicarse con las personas en su propio idioma y garantizar que los intérpretes estén bien informados antes de comenzar la evaluación.
Capacitar a los equipos de evaluación (lo que incluye primeros auxilios psicológicos básicos) y brindar apoyo y reuniones informativas. Es posible que se necesiten intérpretes para la evaluación; las listas de verificación (p. ej., T.2) tendrán que traducirse con cuidado. Idealmente, la capacitación se realizaría como medida de preparación.
Decidir qué herramientas se usarán en la evaluación (capítulo T ). Las Discusiones en Grupos de Enfoque T.14, Observación T.28 y Entrevistas a informantes clave T.23 suelen usarse en la primera fase de una emergencia para recopilar datos primarios de WASH. Sin embargo, se pueden usar numerosas herramientas como conjuntos de imágenes y actividades de mapeo T.7.
Evaluar si las encuestas con cuestionarios (p. ej., T.24) son apropiadas; requieren más tiempo y planificación y tal vez no sean útiles en la fase aguda de una respuesta de emergencia a menos que haya disponibles recursos específicos para ello.
Llevar a cabo un análisis de mercado P.8 con métodos cualitativos y cuantitativos para identificar y garantizar el Acceso a artículos de higiene P.6.
Usar una combinación de métodos que sean cuantitativos (p. ej., cuántos inodoros están en funcionamiento) y cualitativos (p. ej., cómo se sienten las mujeres acerca de ir al baño durante la noche). La triangulación de la información con diferentes métodos y fuentes y la verificación cruzada de los resultados pueden minimizar el sesgo por usar un solo método y garantizar que los datos sean más confiables.
Considerar usar Listas de verificación de evaluación T.2 para que los recopiladores de datos recuerden el alcance de la investigación. Estas listas de verificación deberían usarse como recordatorios (solo con palabras clave y posiblemente frases cortas) en lugar de “cuestionarios” que suelen brindar solo preguntas y respuestas cerradas (p. ej., Sí o No). También es importante recopilar datos de salud pública de las clínicas y centros médicos T.17 para entender los riesgos para la salud pública local.
Garantizar que se analicen los datos de la evaluación. Se pueden usar diferentes métodos para analizar los datos cualitativos y cuantitativos. Verificar que haya personal en el sitio capaz de realizar los tipos de análisis necesarios. Comenzar a analizar los datos sin procesar durante la evaluación para verificar vacíos e inconsistencias y problemas con los métodos.
Usar marcos de planificación con direcciones, objetivos, actividades y plazos claramente definidos para que el fundamento detrás de cualquier intervención de HP sea transparente T.25. El análisis y el intercambio de datos también son pasos vitales en el proceso de evaluación y permiten una planificación de respuesta más eficaz.
Evitar sobreanalizar ya sea recopilando demasiada información que no se analizará ni usará o recopilando la misma información en diferentes evaluaciones sectoriales, dando lugar a frustración en la comunidad afectada y erosión de la confianza. No tiene mucho sentido recopilar datos sin analizarlos ni usarlos para informar la planificación del programa.
Garantizar que la respuesta de WASH sea integrada, apropiada y relevante para una población diversa y brindar una base para la planificación, implementación, monitoreo y evaluación.
Sphere Association (2018): The Sphere Handbook: Humanitarian Charter and Minimum Standards in Humanitarian Response 4th Edition
Kaya Humanitarian Leadership Academy (undated): Introduction to Needs Assessment in Emergencies
Groupe URD (2009): Participation Handbook for Humanitarian Field Workers
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