El fortalecimiento de la capacidad comunitaria debe reconocer el conocimiento y las competencias existentes en la comunidad y también entender y priorizar sus diferentes requisitos para la capacitación y el aprendizaje. El fortalecimiento de la capacidad no solo debería fortalecer el conocimiento, la capacidad, las competencias y las conductas para garantizar una respuesta de WASH efectiva, sino también fortalecer la capacidad de la comunidad para responder a crisis futuras. Es posible que se necesite capacitación para, entre otros, promotores de higiene, movilizadores de la comunidad, grupos, clubes o comités de WASH y líderes de la comunidad. La capacitación puede adoptar diferentes formas, como sesiones de aprendizaje en el aula, trabajo de campo, tutorías o incluso estudios independientes y capacitaciones en línea, pero debe respetar los principios del aprendizaje adulto y ser lo más práctica e interactiva posible. Deberían evitarse métodos de capacitación didácticos que apuntan a llenar a las personas de información en lugar de desarrollar el pensamiento crítico y la reflexión. El fortalecimiento de la capacidad para WASH puede cubrir diversas cuestiones como comunicación (en especial escucha activa, C.2), competencias de movilización y facilitación, cambio de comportamiento (capítulo B ), manejo de la higiene menstrual P.7, análisis del agua de la comunidad o los hogares P.3, construcción de letrinas P.4, fabricación de jabón P.6 e instalaciones para el lavado de manos P.2. Se debería estructurar un plan de fortalecimiento de la capacidad comunitaria basado en una evaluación rápida de las necesidades y barreras de conductas y aprendizaje. Algunos o la totalidad de los miembros de la comunidad pueden tener una alfabetización limitada y no estar acostumbrados a asistir sesiones de capacitación. Esto debe considerarse al planificar grupos mixtos. Las sesiones de capacitación cortas con recesos más largos y energizadores pueden ayudar. Las comunidades afectadas por una crisis suelen tener tiempo limitado disponible, en especial las mujeres que tienen la carga principal del cuidado de los hijos y las responsabilidades del hogar. Otros grupos, como personas de edad avanzada o personas con discapacidades, también pueden verse disuadidas de asistir a la capacitación si no se hacen arreglos para facilitar su acceso. Las sesiones de capacitación de una sola vez para promotores de higiene tendrán poco valor si no están acompañadas de un plan de apoyo continuo. Idealmente, toda la capacitación debería planearse y estructurarse con objetivos de capacitación identificados con los participantes y relacionados con las necesidades y expectativas de aprendizaje. El aprendizaje por observación del personal o voluntarios más experimentados puede ser muy efectivo, pero debería hacerse de una manera estructurada y se deberían dar oportunidades para hacer preguntas y reflexiones sobre lo que se observó. Las competencias interpersonales como empatía, escucha activa y comunicación, son fundamentales para los promotores de higiene y pueden apoyar el proceso de traspasar el control y empoderar a otros. Es posible que se necesite una capacitación y apoyo continuo para los promotores de higiene/movilizadores de la comunidad para que desarrollen dichas competencias y actitudes y para promover una mayor interacción comunitaria. Los promotores de higiene y los voluntarios requerirán supervisión de algún tipo para apoyar el aprendizaje; se pueden organizar reuniones regulares y las minisesiones de capacitación para lograrlo. En una emergencia aguda, cualquier capacitación realizada en un aula o taller podría tener que dividirse en bloques cortos. Las actividades de capacitación centradas en la implementación en el campo deberían tener prioridad. La capacitación debería centrarse en las necesidades inmediatas y prioritarias. En algunas situaciones, las personas se han acostumbrado a recibir incentivos para asistir a sesiones de capacitación. No se recomiendan los incentivos financieros, pero puede requerirse la provisión de transporte y comida (aunque, donde sea posible, las capacitaciones deberían organizarse localmente). Las capacitaciones y los planes de fortalecimiento de la capacidad deberían coordinarse con otras organizaciones e involucrar a los facilitadores locales y otros proveedores de capacitación. Los miembros de la comunidad y los estudiantes deberían participar en el desarrollo de los planes.
Coordinar con otras personas que trabajan en WASH para identificar necesidades de aprendizaje y desarrollar y llevar a cabo capacitaciones conjuntas si corresponde P.9.
Llevar a cabo una evaluación rápida de las necesidades de aprendizaje y desarrollar esto durante toda la respuesta. La capacitación debería relacionarse con competencias clave y descripciones de puestos y debería cubrir competencias relacionadas con el trabajo (como “escucha activa”) y cuestiones de conductas de higiene (como las barreras y motivadores para el cambio, T.3).
Enseñarles a los entrenadores sobre competencias de facilitación. El aprendizaje entre pares T.29 y la capacitación de entrenadores pueden ser apropiados, pero también puede requerirse una orientación.
Incluir a los grupos de autoayuda y redes de apoyo comunitario en los planes de fortalecimiento de la capacidad, si corresponde.
Identificar objetivos para el fortalecimiento de la capacidad y la capacitación; los adultos necesitan saber por qué la capacitación o la sesión específica es importante y cuál es la relevancia para ellos.
Obtener información sobre los principios de aprendizaje de adultos y evitar la capacitación y educación didácticas. Tener en cuenta que las personas asisten a la capacitación con conocimientos, entendimiento y capacidades existentes. No son páginas en blanco sobre las que se va a escribir.
Usar ayudas visuales lo más posible (incluso para personas con altos niveles de alfabetización) y mantener los grupos en un tamaño reducido (no más de 20 personas).
Adaptar los materiales de capacitación existentes al contexto y recurrir a ejemplos locales.
Permitir tiempo al final de cada sesión para revisar lo que se aprendió.
Considerar cómo involucrar a las mujeres y a los hombres y cómo permitir la participación de diversos participantes, lo que incluye personas con discapacidades de todo tipo, incluidas discapacidades visuales, auditivas e intelectuales.
Dar a los participantes la oportunidad de practicar las nuevas competencias y aplicar el aprendizaje en sus hogares y contextos B.4.
Recordar monitorear y evaluar la capacitación y solicitar las opiniones de los participantes sobre cómo mejorarla. Monitorear cómo se pone en práctica el aprendizaje M.2.
Mantener un registro de todos los cursos de capacitación completados. A los participantes les suele gustar que se reconozcan sus logros, por ejemplo, entregando certificados o realizando una ceremonia formal.
Organizar capacitaciones de repaso solo cuando sea necesario, y no como algo que debe hacerse definitivamente. Centrarse en los vacíos en las necesidades, competencias y aplicación del conocimiento.
Elaborar presupuestos para la capacitación y el fortalecimiento de la capacidad, lo que incluye costos de sedes, papelería, ayudas visuales y seguimiento.
Identificar y responder a las necesidades de aprendizaje de los miembros de la comunidad y apoyar la implementación exitosa del programa de WASH y la resiliencia a más largo plazo de las comunidades.
Los miembros de una comunidad (incluidos los niños) tienen conocimientos y competencias existentes. La capacitación debería desarrollar estas capacidades existentes en lugar de simplemente llenar a las personas de información.
El fortalecimiento de la capacidad para aumentar la resiliencia de la comunidad y su capacidad para responder a emergencias debería ser parte de la preparación para emergencias.
Un plan de fortalecimiento de la capacidad puede garantizar que el aprendizaje sea estructurado, estratégico y práctico; debería basarse en una evaluación de las necesidades de aprendizaje y un análisis de las barreras para el aprendizaje.
Los adultos, especialmente, necesitan sentir que la finalidad de la capacitación y el fortalecimiento de la capacidad es relevante para ellos.
Las personas pueden aprender la una de la otra, además de aprender del “maestro”; la capacitación y el aprendizaje deberían ser lo más interactivos posible.
Deberían evitarse métodos de capacitación didácticos que solo buscan transmitir información en lugar de desarrollar el pensamiento crítico y la reflexión.
Las comunidades son diversas y tienen necesidades de aprendizaje y capacitación diversas. El fortalecimiento de la capacidad debería atender a estas diferencias. Hay una variedad de estrategias diferentes para el aprendizaje, y el foco no debería estar solamente en el aprendizaje en aulas o talleres.
Las personas se olvidan fácilmente el contenido de una sesión de capacitación y necesitan tener la oportunidad de practicar y refrescar periódicamente el conocimiento y las competencias.
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