La práctica del lavado de manos debe promoverse intensamente en cualquier emergencia. Las instalaciones para el lavado de manos son una precondición crítica; los individuos y comunidades objetivo deberían tener siempre los medios para lavarse las manos con agua y jabón. Las instalaciones deben ubicarse convenientemente para la conducta de lavado de manos prevista, por ejemplo, a una distancia máxima de cinco metros de un inodoro (ya sea privado, compartido o público), en sitios en los que se prepara o se ingiere comida y en otros lugares críticos en hogares, escuelas/centros de aprendizaje, centros de atención médica, espacios amigables para mujeres y niños, instituciones y espacios públicos. Su funcionalidad y uso deben monitorearse constantemente, y requieren un suministro constante de agua y jabón. Según estudios recientes, los desafíos clave que reducen la eficacia de las tecnologías de lavado de manos existentes incluyen acceso poco confiable a agua y jabón; falta de responsabilidad, O&M a nivel comunitario e institucional; la priorización del jabón distribuido o comprado para lavar la ropa, bañarse y lavar los platos en lugar de para lavarse las manos; drenaje insuficiente alrededor de estaciones de lavado de manos y estaciones de lavado de manos que se rompen fácilmente o son difíciles de usar para algunas personas. La cantidad de agua mínima recomendada para el lavado de manos en baños públicos es de 1 a 2 litros por usuario por día. Si el suministro es a través de cañerías, cada lavado de manos puede usar 500 ml de agua, aunque los grifos que ahorran agua pueden disminuir este volumen a 100-250 ml. Si no hay disponibles cañerías de agua, se deben brindar formas alternativas de aportar un suministro de agua constante (como el uso de agua de lluvia o el establecimiento de listas de turnos para rellenar los contenedores de agua). La cantidad mínima de jabón requerida para la higiene personal, lo que incluye el lavado de manos, es de 250 gramos por persona por mes. Generalmente se proporciona jabón en forma de barra, pero el jabón líquido o agua jabonosa pueden ser una alternativa, en particular durante pandemias como la de COVID-19 (para evitar puntos de contacto compartidos en barras de jabón o la falta de suministros). Si no hay ni agua ni jabón disponibles, se pueden usar productos alternativos (como una solución de cloro al 0.05% si el cloro está lo suficientemente disponible y no compite con otros usos como desinfección del agua para que sea potable. El jabón y una solución de cloro al 0.05% no se deben usar juntos). Las instalaciones para el lavado de manos deberían diseñarse de manera que sean inclusivas y accesibles para todos los adultos y niños, lo que incluye personas con discapacidades. Se deben evaluar todas las discapacidades que afecten a la población objetivo, por ejemplo, discapacidades visuales, físicas o mentales. Las instalaciones deberían ser duraderas, robustas y fáciles de limpiar, de transportar y de construir. Existe una amplia variedad de opciones técnicas, que abarcan desde instalaciones simples y de bajo costo como cubos con un grifo (p. ej., cubo Oxfam), Tippy Taps o instalaciones grupales para el lavado de manos (como WASHaLOT) hasta estaciones de lavado de manos permanentes más robustas y con grifos. El drenaje de los efluentes es importante para mantener el área que rodea a la instalación para el lavado de manos limpia e higiénica, sin lodo ni inundaciones. Las aguas grises pueden recolectarse en un cubo o descargarse en canales de drenaje abiertos o una cloaca cerrada, o directamente en la red de cloacas. Las instalaciones para el lavado de manos cerca de los baños para mujeres deberían encontrarse dentro de la cabina de baño, si es posible. Esto apoya la dignidad y la privacidad al lavarse las manos después de manipular productos menstruales usados, además de incentivar prácticas de higiene menstrual seguras. Las mujeres y adolescentes no deberían verse desalentadas de cambiarse las toallas sanitarias o de lavarse, de cambiarse los tampones o de vaciar las copas menstruales debido a una falta de instalaciones para el lavado de manos dentro de la cabina de baño. Idealmente, las instalaciones para lavado de manos deberían diseñarse de modo que puedan operarse sin las manos para evitar la contaminación cruzada (p. ej., usar grifos que se cierren automáticamente, palancas que se pueden accionar con el codo o pedales). Sin embargo, para las personas con discapacidades (p. ej., usuarios de silla de ruedas), es posible que se tengan que considerar igual opciones que se accionan con las manos. Los grifos que se cierran automáticamente pueden ser una alternativa: ahorran agua, son más duraderos y las personas no tienen que tocar el grifo con las manos para activar y desactivar el suministro de agua. Las instalaciones para el lavado de manos deben ser inclusivas; los niños y las personas con movilidad reducida (como personas con silla de ruedas) deben poder alcanzar las instalaciones de lavado de manos para usarlas. Se debe brindar una iluminación adecuada para que las personas puedan usar las instalaciones de manera segura durante la noche. Las instalaciones para el lavado de manos que tengan un aspecto atractivo pueden incentivar el uso T.4, e involucrar a los usuarios en su diseño y decoración puede aumentar la familiaridad y la aceptación. Los materiales de Información, Educación y Comunicación T.19 como carteles o pinturas sobre técnicas de lavado de manos deberían estar disponibles en las estaciones para el lavado de manos y ser fáciles de entender para personas con alfabetización limitada. La promoción de la higiene (HP) también debería incentivar un secado adecuado de las manos después del lavado, ya que las manos húmedas pueden recontaminarse rápidamente y propagar potencialmente muchas más bacterias que las manos secas. La solución más práctica es el secado al aire simplemente agitando las manos después del lavado hasta que se hayan secado.
Involucrar a usuarios en el diseño, ubicación y manejo de las instalaciones para el lavado de manos a fin de mejorar la responsabilidad de la comunidad frente a las instalaciones públicas y privadas para el lavado de manos. Consultar con personas, especialmente quienes tienen diferentes discapacidades y niños de diferentes edades, para garantizar que las instalaciones sean accesibles para todos.
Fortalecer la responsabilidad respecto a las instalaciones públicas mediante comités de la comunidad, p. ej., Comité de WASH T.55, salud comunitaria F.1, comité escolar, de mercado o de residentes E.7.
Colaborar con las comunidades para garantizar un drenaje adecuado alrededor de las instalaciones y, si es necesario, establecer sistemas en la comunidad y los hogares para reponer suministros de jabón y agua.
Consultar con los residentes si el robo de infraestructura (como fregaderos, cubos, grifos, jabón) es un problema, para entender por qué está sucediendo y qué se puede hacer al respecto. Determinar qué materiales son los más apropiados para la instalación, cómo pueden obtenerse y cómo pueden reemplazarse si es necesario.
Coordinar intervenciones de lavado de manos durante brotes de enfermedades infecciosas cuando el lavado de manos es una intervención particularmente crítica. Coordinar P.9 el establecimiento de estaciones para el lavado de manos: pueden ser necesarias en diversos lugares como puntos de entrada/salida, puntos de control, las fronteras de un área infectada, fronteras internacionales, entradas a comunidades o pueblos o en la entrada a puestos de salud, escuelas, lugares de culto o mercados.
Usar una solución con cloro o desinfectante para manos en lugar de agua y jabón donde haya una gran circulación de personas (por ejemplo, un centro de transporte).
Colaborar con ingenieros de WASH P.9 para mejorar el acceso y el diseño de instalaciones para el lavado de manos según sea necesario. En contextos en los que haya una escasez de agua, el público podría no priorizar el lavado de manos. En cambio podrían priorizar el agua para la agricultura, el agua potable para animales o el agua usada para enfriar (p. ej., con una alfombrilla de paja y ventilador). En dichos casos, se debe discutir la importancia de la higiene de manos con la población y al mismo tiempo abogar P.10 por un incremento en la cantidad de agua donde sea posible.
Garantizar que haya instalaciones adecuadas y accesibles para el lavado de manos, de modo que la población afectada tenga los medios para llevar a cabo prácticas de higiene de manos.
El lavado de manos con agua y jabón se considera una de las intervenciones de WASH más eficaces y de bajo costo para reducir el riesgo de brotes de enfermedades respiratorias/diarreicas. El acceso a instalaciones adecuadas es una precondición para el lavado de manos.
Las instalaciones para el lavado de manos (al menos agua y jabón) deben ubicarse en una posición accesible y cerca del lugar donde debería producirse el comportamiento de lavado de manos previsto (p. ej., en hogares, instalaciones comunales como baños y cocinas, centros comunitarios, mercados, centros de atención médica, lugares religiosos, escuelas y espacios amigables para mujeres y niños). Las instalaciones deberían ser accesibles para todos, independientemente de la edad, sexo o discapacidad.
Se necesita un suministro de agua y jabón seguro y suficiente (o productos alternativos como desinfectantes para manos efectivos) en todo momento. Se debe considerar el drenaje correcto, la reutilización o el tratamiento de las aguas grises producto de las instalaciones para el lavado de manos, a fin de mantener un ambiente sanitario alrededor de las instalaciones P.5.
Las instalaciones para el lavado de manos requieren una operación y mantenimiento (O&M) regulares, como limpieza y rellenado de contenedores de agua, reparaciones menores y reabastecimiento de jabón. En el caso de viviendas privadas, el jabón suele distribuirse periódicamente o puede accederse a él mediante intervenciones basadas en el mercado como efectivo y vales P.8. En el caso de instalaciones comunitarias, debe haber participación y responsabilidad de la comunidad y un plan para la reposición de consumibles (p. ej., jabón), además de existencias para el reemplazo de infraestructura que se rompe o que se roban con frecuencia, como grifos.
Deben hacerse enlaces entre usuarios de la comunidad y autoridades de salud pública para que se realice el Monitoreo M.2 y aumente la sustentabilidad de las instalaciones.
Las instalaciones para el lavado de manos forman parte de un grupo mayor de instalaciones que suelen denominarse “instalaciones de higiene”; incluyen instalaciones para bañarse/ducharse y para lavar la ropa. Las instalaciones para lavar la ropa (losas, fregaderos) suelen ubicarse junto a un suministro de agua. Al igual que para las instalaciones de lavado de manos, el drenaje de aguas grises es importante, ya que las piletas con agua estancada o áreas erosionadas o embarradas afectarán negativamente a la higiene de la comunidad.
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