El acceso a instalaciones sanitarias es una precondición que permite que la población afectada practique conductas sanitarias seguras y dignificadas y se garantice un ambiente seguro. En una respuesta aguda, incluye medidas de manejo de excrementos instantáneo y seguro (en particular contención de excrementos); son críticas para la supervivencia y menores riesgos de salud pública. Incluye toda la cadena de servicios sanitarios desde el inodoro, mediante recolección, vaciado, transporte, tratamiento y eliminación segura o reutilización. Comienza desde el inicio de una emergencia y continúa durante todas las fases de respuesta. Las instalaciones sanitarias deben ser accesibles para personas con discapacidades, culturalmente apropiadas y bien mantenidas (lo que incluye limpieza, reposición de materiales de limpieza anal y reparaciones mínimas) y estar cerca del lugar en el que viven las personas. Deben brindar privacidad en línea con las expectativas del usuario y proporcionar una instalación para el lavado de manos en las cercanías P.2. La tecnología elegida debería basarse en una evaluación sistemática de las condiciones locales y las prácticas sanitarias existentes (lo que incluye prácticas de limpieza anal y preferencias para sentarse o agacharse), además de la infraestructura existente que puede rehabilitarse rápidamente. Debido a las limitaciones de tiempo y recursos durante una respuesta aguda, el progreso de defecación al aire libre a instalaciones adecuadas puede ser gradual. Si son aceptables para los usuarios, las instalaciones sanitarias podrían ser inicialmente comunales o compartidas para llegar rápidamente a grandes cantidades de personas. Por ejemplo, los módulos sanitarios que incluyen baños accesibles para personas con discapacidades. Como mínimo, un 15% de todos los baños públicos deben ser accesibles para personas con discapacidades, y todas las demás letrinas deben construirse sin barreras y lo más accesibles posible. Con el tiempo, los baños comunales o compartidos deberían convertirse en instalaciones sanitarias en el hogar, siempre que sea posible. Los baños en el hogar se consideran ideales en términos de seguridad para los usuarios, protección, conveniencia y dignidad; también fortalecen las relaciones entre propiedad y mantenimiento. El indicador de Esfera sugerido para un baño comunal separado por género es 50 personas por baño (durante la fase aguda), lo que rápidamente debe mejorarse a un máximo de 20 personas por baño. La distancia máxima sugerida entre una vivienda y un baño comunal es 50 metros. La provisión de instalaciones sanitarias debe permitir un manejo de la higiene menstrual P.7 adecuado y un manejo seguro de excrementos de niños. Incluye la provisión de instalaciones amigables para mujeres (p. ej., debidamente nombradas, puertas con trabas, buena iluminación, provisión de cubos de basura e instalaciones de lavado dentro de la cabina), opciones de contención segura separadas para las heces de los niños y bebés o la provisión de artículos de higiene como toallas sanitarias descartables o reutilizables, pañales o bacinicas. Las instalaciones también tienen que garantizar la seguridad y el uso aceptable para niños (p. ej., agujeros más pequeños para evitar que los niños se caigan en ellos). Las instalaciones sanitarias deben diseñarse y ubicarse con consulta estrecha con todos los grupos en riesgo, para reducir los peligros de seguridad para los usuarios (en particular mujeres y niñas). Se debe tener consideración especial de que el diseño y la implementación de las instalaciones sean culturalmente apropiados, en particular si hay personas de diferentes grupos culturales, étnicos o religiosos viviendo juntas. El saneamiento es cultura, y las personas siempre tienen la opción de usar o no un baño. Es posible que no lo usen si lo consideran inapropiado, si no es conveniente o si no se corresponde con las costumbres y hábitos del usuario. Un diseño culturalmente apropiado considera una interfaz de usuario apropiada (para quienes se sientan o se agachan), materiales de limpieza anal que los usuarios consideran aceptables (p. ej., papel higiénico, agua, ramas o piedras), la voluntad de diferentes grupos culturales de usar las mismas letrinas, los tabús existentes en relación con el uso del baño, la manipulación de desechos u opciones de potencial reutilización además de las preferencias y prácticas locales para el manejo de la menstruación y eliminación de productos menstruales. Las creencias y normas culturales también pueden afectar la ubicación (es posible que las personas no quieran que las vean ir al baño) y la orientación de las instalaciones (p. ej., normas religiosas que indican que el baño debería mirar al sentido contrario al punto de oración). También pueden limitar las opciones de tecnología; por ejemplo, los orinales podrían no ser una opción en sociedades musulmanas. Los problemas culturales pueden ser muchos y deben abordarse durante la Evaluación (capítulo A ) para entender y responder de manera adecuada a las necesidades, hábitos y prácticas de las personas. El saneamiento manejado de manera segura va más allá de la contención inicial de excrementos en el sitio y la provisión de baños. También considera el manejo efectivo del lodo fecal y toda la cadena de servicios sanitarios. Necesita alinearse con los sistemas y autoridades locales responsables del manejo de excrementos y seguir las normas nacionales, si es que existen. El “Compendio de tecnologías sanitarias en emergencias” brinda un resumen estructurado e información detallada sobre todas las tecnologías relevantes y su aplicabilidad. La combinación exacta de tecnologías depende de diversos parámetros como el contexto local, la fase de respuesta, los recursos disponibles, las competencias y materiales, los costos, la recuperación/reutilización prevista de los recursos o los requisitos de operación y mantenimiento (O&M) a más largo plazo. También podría involucrar enfoques basados en el mercado P.8 como contratar a proveedores de servicios locales de retiro de aguas residuales, capacitar a fabricantes locales, hacer publicidades sanitarias para generar demanda de servicios sanitarios F.21 o involucrar a la comunidad en programas de efectivo por trabajo.
Comenzar la planificación y toma de decisiones para toda la cadena de servicios sanitarios en el inicio de la respuesta y en consulta y colaboración con todas las partes interesadas involucradas para garantizar que los excrementos humanos se manejen de forma segura y no representen ningún riesgo para la salud pública o el medioambiente.
Planificar y diseñar instalaciones involucrando activamente a la población afectada para garantizar que todos usen las instalaciones constantemente y se logre un nivel aceptable de responsabilidad y aceptación de los usuarios. Incluir a todos los segmentos de la población (como mujeres y hombres, personas de edad avanzada, personas con discapacidades y niños) durante la evaluación, planificación y toma de decisiones. La interacción podría incluir el diseño centrado en el usuario, consulta con diferentes grupos de usuarios o aportes de trabajo y tiempo de los usuarios (p. ej., excavación de pozos, O&M).
Prestar particular atención a los requisitos de O&M a corto y más largo plazo: no se debería construir lo que no puede mantenerse. Se deberían discutir en conjunto y acordar las responsabilidades para todas las tareas relevantes de O&M. La O&M de baños individuales debería ser llevada a cabo por el hogar en sí, con materiales de limpieza que pueden proporcionarse en especie o mediante programas de transferencias monetarias o asistencia en efectivo para múltiples propósitos, si los hogares no pueden pagarlos P.8.
Tomar decisiones sobre el manejo de baños compartidos con las comunidades (capítulo E ), lo que podría involucrar una estructura dedicada como un Comité de WASH T.55. Se necesitará personal de limpieza (voluntario o pagado) para los baños comunitarios en, por ejemplo, escuelas o mercados. Se deberían incluir materiales y capacitación de limpieza en el presupuesto.
Crear un presupuesto anual para financiar la O&M de baños compartidos a más largo plazo. Considerar tarifas para el ingreso a los baños en donde la comunidad humanitaria no (o ya no) financia la O&M (p. ej., mercados y centros de transporte).
Abordar cuestiones de privacidad y seguridad para permitir el acceso a todas las instalaciones y servicios sanitarios. Se puede reducir el riesgo de abuso y violencia mediante trabas en las puertas de los baños, iluminación adecuada, puertas altas, ausencia de ventanas a nivel del ojo humano, paredes sólidas, cobertura de techo para estructuras aterrazadas, módulos con unidades separadas con pantalla, distancia reducida al lugar en el que viven las personas y separación de instalaciones. En escuelas, los baños de adultos y niños deben estar separados para la protección de los menores.
Seguir el principio RECU (alcanzar, ingresar, circular y usar) para el diseño inclusivo o accesible para personas con discapacidades: alcanzar la instalación podría incluir minimizar la distancia a los hogares y refugios o mejorar el acceso mediante rampas, caminos más anchos o guiados con cuerdas, o la provisión de dispositivos portátiles como bacinicas, cubos o pañales. Ingresar y circular dentro de la instalación podría requerir un área de entrada más ancha para sillas de ruedas, superficies antideslizantes, trabas fáciles de manipular y espacio dentro de la instalación para maniobrar sillas de ruedas. Usar las instalaciones puede requerir la presencia de barandillas para sentarse y agacharse, asientos móviles y ayudas para sentarse o instalaciones para el lavado de manos a una altura alcanzable.
Diseñar las instalaciones sanitarias para que sean más amigables para el manejo de la higiene menstrual y el género. Incluir el acceso a un suministro sostenible de productos menstruales localmente aceptables P.7, lo que incluye información, provisión de opciones de eliminación discretas y culturalmente apropiadas para productos menstruales, privacidad y provisión de instalaciones para el lavado con agua y jabón dentro de la cabina u otras posibilidades discretas para lavado, secado y drenaje.
Monitorear el uso de instalaciones por parte de los diferentes usuarios y obtener comentarios sobre su aceptabilidad. Las Auditorías de seguridad y accesibilidad T.1 son formas útiles de estimular el debate sobre estas cuestiones.
Garantizar que haya instalaciones sanitarias adecuadas y accesibles, de modo que la población afectada tenga los medios para llevar a cabo prácticas de higiene y saneamiento.
El acceso al saneamiento es un derecho humano y es esencial para la salud, la dignidad y la seguridad de las personas. Para que la población afectada lleve a cabo comportamientos adecuados relacionados con la higiene y el saneamiento, las instalaciones sanitarias deben ser accesibles para todos, seguras, inclusivas, bien mantenidas, culturalmente apropiadas, estar separadas por género y cerca del lugar en el que viven las personas, y brindar privacidad en línea con las expectativas del usuario.
La participación de diferentes usuarios en el diseño, ubicación y manejo de las instalaciones sanitarias es crucial; los promotores de higiene pueden facilitar esto trabajando de cerca con las comunidades y otros miembros del equipo y partes interesadas.
Las tecnologías seleccionadas deben responder a las necesidades y preferencias de diferentes usuarios de modo que se usen continuamente y se manejen en beneficio de todos.
Con frecuencia se descuidan los requisitos sanitarios de bebés, adolescentes, personas con discapacidades y personas con incontinencia, en especial en emergencias. Los promotores de higiene deben abogar P.10 por que se traten mejor sus necesidades.
La provisión de instalaciones sanitarias debe abordar toda la cadena de servicios sanitarios desde el inodoro, mediante recolección, vaciado, transporte, tratamiento, eliminación segura y reutilización.
Gensch, R. et al. (2018): Compendium of Sanitation Technologies in Emergencies, German WASH Network, Eawag, GWC, SuSanA
Oxfam (2018): Sani Tweaks. Best Practices in Sanitation
Sphere Association (2018): The Sphere Handbook: Humanitarian Charter and Minimum Standards in Humanitarian Response 4th Edition
Jones, H., Wilbur, J. (2014): Compendium of Accessible WASH Technologies, WEDC, WaterAid and Share
Jones, H., Reed, B. (2006): Water and Sanitation for Disabled People and Other Vulnerable Groups: Report of Conference and Workshop in Cambodia, WEDC
IFRC (2019): Checklist: Minimum Standards for Inclusive, MHM-Friendly Latrines (Available in different languages, and for bathing areas and solid waste facilities)
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