La capacidad de tener un comportamiento es una condición previa importante para practicarlo. La capacidad puede depender del acceso a la infraestructura crítica (P.2, P.3, P.4, P.5 y P.6) o del conocimiento B.3 y las habilidades. Por el contrario, la autoeficacia se relaciona con la confianza en la capacidad para tener un comportamiento. Es una percepción subjetiva y puede diferir drásticamente de la capacidad real. En los programas de HP, la capacidad real de las personas se puede mejorar a través del acceso a las instalaciones y servicios de WASH (capítulo P ). Además, la HP puede proporcionar el conocimiento y las habilidades para aumentar la capacidad y superar las barreras internas al cambio. Sin embargo, la mejora del conocimiento y el acceso no necesariamente aumenta la capacidad percibida subjetivamente de una persona para tener un comportamiento, lo que se conoce como autoeficacia. Por ejemplo, a pesar de tener todos los conocimientos, las habilidades y el acceso a las instalaciones de WASH necesarios, es posible que una persona se sienta incapaz de tener un comportamiento crítico debido a una experiencia previa de fracaso cuando, p. ej., al usar una Solución de Rehidratación Oral (ORS, por sus siglas en inglés) para controlar la diarrea, o porque carece de la capacidad física para excavar una letrina. En tales casos, las intervenciones que buscan desarrollar confianza en el comportamiento, o que identifican mecanismos de apoyo comunitario, pueden lograr un cambio de comportamiento mucho más significativo que la infraestructura y la educación. El bienestar emocional también puede afectar significativamente la autoeficacia. El cansancio y el hambre, o los altos niveles de estrés pueden afectar la capacidad de una persona para tomar decisiones o percibirse a sí misma de manera positiva. El trauma puede ser una barrera importante para la acción.
Demostrar y ejemplificar el comportamiento e impartir habilidades a través del aprendizaje entre pares: al observar a los compañeros que demuestran un comportamiento como la preparación higiénica de alimentos, las personas se dan cuenta de que también pueden hacerlo.
Proporcionar orientación directa: se alienta a los participantes a practicar el comportamiento bajo la guía directa de un promotor de higiene para experimentar directamente su capacidad para tener el comportamiento.
Fomentar la práctica del comportamiento: se anima a los participantes a practicar el comportamiento en su vida diaria. Luego pueden reunirse nuevamente con el promotor de higiene para hablar sobre cómo les fue.
Utilizar la retroalimentación para fortalecer la autoeficacia: brindar a las personas aliento y comentarios positivos sobre su capacidad para tener el comportamiento aumenta la autoeficacia.
Establecer tareas u objetivos graduados: algunos comportamientos complejos pueden parecer imposibles de adoptar en un solo paso. Se puede mejorar la autoeficacia dividiendo el nuevo comportamiento en tareas más pequeñas y fáciles (p. ej., recolectar los elementos necesarios para preparar una ORS, preparar la solución, administrarla a un niño enfermo) y brindando apoyo en cada etapa.
Reasignar éxitos y fracasos anteriores: un fracaso en el pasado para cambiar o mantener un comportamiento puede afectar negativamente la autoeficacia. Identificar y debatir qué salió bien, qué salió mal y por qué se puede reforzar la autoeficacia.
Ayudar a las personas a afrontar las recaídas: las recaídas en el comportamiento pueden desanimar a las personas a continuar con el nuevo comportamiento. Informarles que la recaída es normal motiva a las personas a intentarlo de nuevo.
Mejorar la capacidad al garantizar que se cubran las necesidades esenciales de WASH para todos los miembros de la población afectada (capítulo A y capítulo C ). La autoeficacia puede depender de factores contextuales, en particular, el acceso a instalaciones y servicios de WASH (P.2, P.3, P.4, P.5 y P.6), así como la provisión de otros servicios.
Identificar mecanismos de apoyo comunitario T.46 cuando sea necesario, para apoyar la autoeficacia, p. ej., para ayudar a recolectar agua.
Animar a los promotores de higiene de la comunidad a capacitar y apoyar a otras personas a través de visitas al hogar T.18 y debates T.14.
Determinar e influir en la posibilidad de que una persona cambie sus prácticas o adopte nuevos comportamientos, con especial énfasis en la capacidad y la autoeficacia.
La autoeficacia describe la percepción subjetiva de una persona sobre su capacidad para tener una conducta de higiene específica en una circunstancia determinada.
La autoeficacia suele ser un motivador o una barrera crucial para el cambio de la conducta de higiene, pero con frecuencia se ignora en la programación de promoción de la higiene (HP).
La autoeficacia se puede fortalecer utilizando técnicas de cambio de comportamiento, como modelar el comportamiento, guiar la práctica, dividir la tarea en tareas más pequeñas y examinar los éxitos y fracasos del pasado.
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