Después de una emergencia, las personas traumatizadas pueden beneficiarse en gran medida al apoyarse mutuamente en un grupo, convirtiéndose en voluntarios de la comunidad en Clubes de Salud Comunitario de Emergencia (eCHC) y coordinando sus esfuerzos para mejorar las prácticas de WASH en la zona. El resultado puede ser un cambio de conducta de higiene positivo, construcción de infraestructuras y aumento del capital social a través de la comprensión compartida y el aumento de la confianza.
Durante una crisis, las mismas personas afectadas en la emergencia pueden evitar el brote de epidemias como el cólera a través de la buena higiene y el saneamiento. Incluso aquellas con recursos limitados pueden cavar un hoyo antes de defecar y cubrir sus heces, lavar bien sus manos con jabón y mantener limpios a sus hijos y a sí mismas. Después de tal trauma, las personas pueden apoyarse mejor trabajando juntos en un grupo organizado. Al convertirse en miembros de un eCHC, las personas se fortalecen ayudándose entre ellas para cumplir con los estándares de higiene personal básicos. A través de acciones prácticas, pueden comenzar a recrear la comunidad con el apoyo de vecinos y amigos (nuevos). Si bien pueden requerirse intervenciones humanitarias externas si la infraestructura es destruida, siempre que sea posible, la población afectada debe participar en la toma de decisiones y recibir apoyo para mantener la dignidad. El eCHC es una versión más corta de la capacitación estándar de 24 sesiones en Clubes de Salud Comunitarios (CHC, F.1) y consiste de solo ocho temas de WASH que abordan los problemas inmediatos de agua y enfermedades relacionadas con el saneamiento como el cólera, la tifoidea o la disentería. La velocidad de la implementación es dictada por las circunstancias, pero la capacitación normalmente lleva dos meses, y todos los miembros se reúnen una vez por semana durante una sesión de dos horas. No obstante, la capacitación también se puede condensar en una formación diaria rápida o un taller de un día, según el contexto, o se puede extender para incluir otras enfermedades infecciosas, especialmente si existe la necesidad de lavarse las manos regularmente con jabón, agua potable y saneamiento. Como con los CHC estándar, lo ideal es registrar a los miembros y emitir tarjetas de membresía (aunque la falta de tiempo puede impedirlo).
Actividades participativas para estimular el diálogo y la identificación de problemas:
Organización e identificación comunitaria de soluciones locales:
El eCHC es ideal para la fase de estabilización y recuperación en situaciones posteriores a conflictos o desastres, para aliviar el trauma individual a través de la resolución de problemas colectiva. Cuando la crisis aguda haya pasado y la fase de estabilización comience, puede usarse el eCHC (y posiblemente ampliarse para convertirse un CHC estándar F.1 al registrar a los miembros y permitir que se complete la capacitación total con certificación). Esta calificación puede brindarle a la población afectada una sensación de logro en un momento de dificultad sin precedentes y puede conservar los conocimientos y conductas higiénicas de no riesgo cuando la situación se normalice o las personas estén reubicadas.
Como respuesta al COVID-19, los eCHC tienen que adaptarse cuando los grupos grandes no pueden reunirse con seguridad. En estas situaciones, el eCHC debería dividirse en grupos temáticos más pequeños de diez hogares cada uno. Cada grupo temático elige un jefe que dirige las sesiones siguiendo instrucciones de una emisora de radio local. De forma alternativa, los jefes de los grupos temáticos reciben imágenes a través de una aplicación de mensajería como WhatsApp. Esta adaptación en época de COVID-19 todavía tiene que ser piloteada e investigada más a fondo.
Los costos principales son por el kit de herramientas, la formación de los capacitadores, el transporte y combustible para garantizar el acceso adecuado a la comunidad. La capacitación puede ser presencial o a través de la radio o de plataformas de reuniones virtuales (p. ej., Zoom, WhatsApp). El kit de herramientas correspondiente y la capacitación en línea de los facilitadores está disponible por parte de Africa AHEAD. No obstante, el kit de herramientas no siempre es adecuado para el contexto local; puede que los kits de herramientas tengan que usarse y adaptarse. Es necesario un coordinador del programa y un funcionario del proyecto debería estar en todos los campamentos y dirigir al menos cinco CHC cada uno.
Los CHC de emergencia se utilizaron en los campamentos de Personas Desplazadas Internamente (IDP, por sus siglas en inglés) en el norte de Uganda entre 2003 y 2006. El modelo CHC también se adaptó para cumplir con la situación posterior a la emergencia en Haití luego del terremoto, en donde el cólera estaba fuera de control. Ambos programas suscitaron una fuerte y positiva respuesta de la comunidad. No obstante, existe poca evidencia en cuanto a los eCHC y se debe investigar más.
Tener el objetivo de incluir más del 80% de las IDP en un eCHC para que se cree unidad en el campamento
Usar a los funcionarios del proyecto en un contexto de emergencia para movilizar y capacitar a las IDP/personas refugiadas
Usar programas de radio [T.38] y grupos de mensajes/WhatsApp [T.44] para reforzar la formación en el lugar durante una respuesta a distancia
Tener el objetivo de convertir los eCHC en los CHC estándar para la sostenibilidad de la práctica de la buena higiene a largo plazo
No se debe reducir la duración de la capacitación, a menos que hacerlo sea inevitable
No se debe excluir a nadie de la adhesión; no importa qué tan grande sea el CHC. Los CHC pueden dividirse si llegan a más de 100 miembros
No se debe hacer reuniones en un grupo eCHC grande durante los brotes de COVID-19
En el norte de Uganda (2002), el 89% de la población había huido de sus pueblos para vivir en 33 campamentos de IDP en el Distrito de Gulu. Se capacitó como facilitadores del CHC a 25 clínicos de una ONG local y fueron enviados a 15 campamentos de IDP. Comenzaron 116 CHC y movilizaron a un total de 15.522 miembros regulares (42% de todos los hogares) que se reunieron semanalmente para 25 sesiones de higiene durante seis meses. Antes de la intervención la cobertura de letrinas era del 5% con defecación al aire libre generalizada. Después de solo 4 meses, los miembros del CHC habían construido 8.504 letrinas, así como 6.020 refugios para baño, 3.372 bastidores para secar y 1.552 instalaciones de lavado de manos, con una estimación de 100.000 personas beneficiarias directas a menos de cinco dólares por persona. El modelo del CHC se replicó exitosamente en el Distrito de Pader.
Establecer estructuras de apoyo comunitario para mejorar las prácticas de WASH durante emergencias
Africa AHEAD (undated): CHC Training Materials
Waterkeyn, J., Waterkeyn, A. (2013): Creating a Culture of Health: Hygiene Behaviour Change in Community Health Clubs Through Knowledge and Positive Peer Pressure, Journal of Water, Sanitation and Hygiene for Development. Vol. 3(2). Pages 144-155. IWA Publishing
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