arrow_backEmergency WASH

X.16 Promoción de la higiene y trabajo con las comunidades afectadas

La promoción de la higiene (HP, por sus siglas en inglés) es un enfoque sistemático planificado para que las personas puedan actuar y adaptar su comportamiento a fin de evitar y reducir el impacto de las enfermedades relacionadas con WASH. Se trata de hacer que los servicios de saneamiento y agua funcionen o se operen de manera más efectiva. Todas las personas involucradas en la respuesta deben apoyar este enfoque, incluidos el gobierno, los organismos locales e internacionales, las ONG y las comunidades afectadas. Para abordar las enfermedades relacionadas con WASH, la HP utiliza una variedad de herramientas y estrategias, que pueden incluir las siguientes: promoción, movilización comunitaria, educación y aprendizaje interactivos, comunicación para cambiar el comportamiento, investigación participativa, enfoques basados en el mercado y diseños centrados en las personas. La edición 2018 del Manual Esfera aclara que la participación de la comunidad es lo principal en todas las intervenciones de WASH, incluida en la HP. Los elementos fundamentales para la participación de la comunidad se muestran en la Figura 5. Para garantizar que se cumplan, las intervenciones del suministro de agua siempre deben llevarse a cabo con las medidas correspondientes sobre la participación de la comunidad. La HP debe reconocer las diferencias que existen dentro de cualquier población y tratar de responder de diversas maneras antes las diferentes necesidades de WASH de mujeres, hombres, niñas y niños de diferentes edades, orígenes, culturas y normas sociales, creencias, necesidades, capacidades, condiciones de salud, identidades de género, niveles de confianza y autoeficiencia, etc. (véase X.15).

En casos de emergencia, la unión y las estructuras de la comunidad pueden verse alteradas y las personas pueden sentirse consternadas y tristes por la pérdida de seres queridos. Los promotores de la higiene que trabajen con miembros de la comunidad deben ser empáticos con la situación; es posible que, en un principio, deban limitarse a escuchar las experiencias de las personas para ganarse su confianza. Sin embargo, casi siempre habrá miembros de la comunidad afectada que estén dispuestos a involucrarse inmediatamente y brindar su ayuda durante el proceso de garantizar que haya un acceso equitativo al suministro de agua segura y una mejor higiene. Al involucrar a las personas en las decisiones acerca del suministro de agua, la intervención puede ayudarlas a restaurar su dignidad y a fortalecer su capacidad para hacerse cargo de su propia situación, tomar medidas y mejorarla. La participación de la comunidad puede garantizar que las instalaciones del agua se gestionen bien, se mantengan y sean accesibles para todas las personas. Es posible que haya distintos niveles de participación (información, consultas, colaboración o delegación de responsabilidades) en los diferentes momentos de la emergencia, pero siempre habrá espacio para algún tipo de consulta.

Principios de la promoción de la higiene con respecto al mejoramiento del suministro de agua

Es vital tratar de comprender las diferentes perspectivas de las comunidades afectadas acerca del suministro de agua (se refiere a todos los grupos de usuarios) e involucrarlas en las decisiones acerca del programa, esto incluye cómo se utilizará y gestionará el suministro de manera eficaz.


1. Escuchar y hacer preguntas: Es importante aprender acerca del uso del agua y las normas y prácticas de higiene relacionadas. Por ejemplo: ¿Cómo suelen recolectar, almacenar y usar el agua las distintas personas? ¿Qué está sucediendo ahora y qué cambió como consecuencia de la emergencia? ¿Qué necesitan las distintas personas y qué desean para garantizar que las instalaciones de agua sean eficaces y tengan un impacto positivo en la salud? ¿Cuáles son los riesgos relacionados con el agua? ¿Quiénes son los más vulnerables y qué asistencia necesitan para acceder a las instalaciones de agua? ¿Quiénes pueden brindar ayuda en la población afectada, los organismos locales o los departamentos gubernamentales (que tengan las habilidades y capacidades necesarias)? No se debe tratar a todos de la misma manera y se debe identificar a los distintos grupos con los que se trabajará, como lo jóvenes, madres y padres de niños pequeños, líderes religiosos, niños en la escuela primaria, trabajadores de los comedores, peluqueros, personas con discapacidad, etc. Véase los capítulos relacionados sobre el diseño inclusivo y equitativo X.15 y la evaluación de la situación inicial X.1 X.2 X.3 X.4.

2. Involucrarse y dar lugar a la acción: Los análisis interactivos pueden ayudar a los distintos grupos de usuarios a identificar qué pueden hacer para mejorar de inmediato la salud y la higiene. Es importante descubrir qué les impide actuar (barreras y obstáculos para mejorar la higiene) e identificar qué necesitan, si es necesario. Al realizar encuestas y establecer las diferencias entre las personas que actúan y las que no, los usuarios y no usuarios de las instalaciones, se pueden identificar los impulsores que motivan la acción. Brindar apoyo para las estructuras de la organización comunitaria y de la sociedad civil también es útil y puede garantizar que las personas se motiven entre sí. Los distintos tipos de intervenciones pueden ayudar a responder ante los riesgos inmediatos, pero las intervenciones reales que se utilicen dependerán del contexto, como las soluciones de suministro de agua interinas, por ejemplo, el tratamiento del agua en los hogares y el almacenamiento seguro, la disposición/limpieza de recipientes para la recolección y el almacenamiento de agua y la provisión de instalaciones de lavandería. Considerar cómo se mantendrán las instalaciones del agua desde el inicio y la participación de la comunidad en este aspecto, por ejemplo, a través de la formación de comités o grupos de usuarios.

3. Centrarse en la vulnerabilidad: Se debe identificar a las personas con necesidades específicas (por ejemplo, mujeres y niñas, personas mayores y personas con discapacidades) para brindarles un acceso adecuado y equitativo al agua segura (por ejemplo, para la gestión de la higiene menstrual). Es esencial que se garantice la participación de las mujeres en los equipos de respuesta y que se realice una continua divulgación para mujeres y niñas. En muchas comunidades, las mujeres y los niños suelen estar a cargo de la recolección de agua, por lo que comunicarse con ellos es fundamental para garantizar seguridad y acceso, como localizar los grifos cercanos e instalar bombas que puedan utilizarse con facilidad. También es importante y fundamental trabajar con las organizaciones locales que representan a los grupos vulnerados, como las personas con discapacidades. Véase los capítulos relacionados sobre el diseño inclusivo y equitativo X.15 y la evaluación de la situación inicial X.1 X.2 X.3 X.4.

4. Planificar juntos: Establecer objetivos prácticos e indicadores y compilar una estrategia de WASH con las otras personas que participan en la respuesta de WASH es un proceso clave en la intervención de la HP. Durante este proceso, se deben definir las acciones “posibles” que pueden afectar la higiene y se debe definir la supervisión del impacto de estas acciones. La comunidad afectada debe participar en esta estrategia. El reclutamiento, la capacitación y el apoyo de los miembros del equipo nuevos y existentes ayudarán a garantizar el cumplimiento de esos planes.

5. Trabajar de manera colaborativa y coordinada para la implementación: Se pueden usar distintos métodos y herramientas con los diferentes grupos que motiven la acción para mejorar, usar y mantener de manera eficaz las instalaciones y los servicios de agua para las mujeres y los hombres, personas de distintas edades y con diferentes capacidades. También es importante trabajar en conjunto con otras personas involucradas en la respuesta, en especial, el gobierno, las autoridades locales y otros sectores. Para minimizar la duplicación y aumentar el uso eficiente de los recursos, se debe considerar el intercambio de planes e ideas. Se debe contar con la posibilidad de realizar actividades conjuntas, como evaluaciones y exámenes, o los trabajadores a cargo de la HP se pueden enfocar en otras prioridades sobre los problemas de salud, además de la higiene.

6. Supervisar y revisar: La efectividad de los esfuerzos para cambiar el comportamiento y la HP se pueden supervisar a través de la observación (¿todas las personas pueden usar las instalaciones de manera segura, con efectividad y sin generar residuos?) y las encuestas (¿las personas cambiaron su comportamiento?). La búsqueda continua de la opinión de la población facilitará las adaptaciones de los programas y mejorará la efectividad. También es importante realizar el seguimiento de cualquier rumor que pueda ser perjudicial y responder lo antes posible, como incorporarlo en las conversaciones con los grupos de la comunidad o brindar información en las redes sociales.

Métodos de promoción de la higiene

Métodos interactivos: Los métodos que fomentan el diálogo y los grupos de debate, como la “cartografía comunitaria” y la actividad de “bueno, malo y más o menos” con la ayuda de imágenes y representaciones visuales, exigen la participación de los miembros de la comunidad, lo que suele ser más eficaz que solo “divulgar mensajes”, ya que la última opción asume que las personas incorporarán la información de manera pasiva y actuarán en consecuencia.


Acceso a la infraestructura y a elementos de higiene y suministro de agua: Es importante considerar las diferentes necesidades de los grupos de hombres, mujeres, niños, niñas o personas con discapacidad. Por ejemplo, las mujeres y las adolescentes necesitarán apoyo con frecuencia en la gestión de la menstruación, por lo que en todos los programas de higiene y agua se deben incluir consultas sobre este tema. También es importante notar que los métodos de la promoción de la higiene y el acceso a la infraestructura de WASH van de la mano, ya que la promoción de la higiene no será eficaz sin la infraestructura apropiada que se necesita para los comportamientos deseados.

Ideas principales sobre las conductas de WASH

En años recientes, se realizó una gran cantidad de trabajo para tratar de comprender las distintas influencias en el comportamiento relacionado con la higiene. Está claro que el conocimiento acerca de los gérmenes y la transmisión de enfermedades suele ser insuficiente e inadecuado para cambiar el comportamiento. Las siguientes sugerencias pueden ayudar a que los programas sean más eficaces:

1. La práctica debe ser interesante y sencilla (por ejemplo, tratamiento del agua, conservación del agua y lavado de manos): Se debe tener fácil acceso a los productos y suministros (por ejemplo, estaciones para el lavado de manos con agua y jabón) en cada una de las ubicaciones en las que se desea establecer un comportamiento. Se deben destacar la facilidad y la conveniencia (acciones posibles, pequeñas e inmediatas), ya que suelen ser más efectivas para promover un cambio en el comportamiento que centrarse en un comportamiento “ideal”. Se pueden considerar las recompensas y los incentivos (como las competencias) que son útiles para encontrar formas de llamar la atención, como pintar las puertas de las letrinas de colores o poner espejos en las instalaciones de lavado de manos.

2. Tener en cuenta cuando las personas son más receptivas: Las alteraciones en el contexto (como las que se relacionan con la mayoría de las emergencias) o los cambios significativos en la vida (como dar a luz) pueden generar la oportunidad para cambiar hábitos, ya que las personas son más conscientes de lo que hacen. Relacionar el comportamiento deseado con un hábito existente también aumenta las probabilidades de tener éxito. Por ejemplo, fomentar el lavado de manos en relación con los comportamientos de cuidado infantil, como alimentar o cambiar los pañales de un niño.

3. Aprovechar las normas sociales y las motivaciones: Los enfoques psicosociales sobre los cambios de comportamiento han demostrado que tienen muchos disparadores y que las técnicas de cambio de comportamiento deben aplicarse de acuerdo con esos enfoques. Con el fin de cambiar las percepciones sobre el riesgo de la salud, se debe brindar información personal acerca de estos riesgos. Para cambiar las actitudes, se deben analizar las opiniones sobre los costos y los beneficios de un comportamiento. Apelar a los sentimientos de repulsión de las personas, los comportamientos enriquecedores de crianza, así como las afiliaciones a un grupo pueden cambiar los componentes emocionales de las actitudes y motivar la acción. Para cambiar la percepción de las normas, es útil transmitir la idea de que la mayoría de las personas adoptan el comportamiento deseado. Identificar qué piensan las personas sobre lo que otras personas dirán en caso de llevar a cabo esta práctica y, de ser necesario, intentar cambiar esa percepción. Se puede fomentar que las personas adquieran el compromiso público de lavarse las manos al utilizar las instalaciones de tratamiento de agua o ayudar a otros a gestionar sus suministros de agua, con un enfoque en los grupos y las comunidades, en vez de solo en los individuos. Con el fin de cambiar las habilidades percibidas para manifestar un comportamiento, se puede manifestar el comportamiento y fomentar su práctica. Para promover la realización del comportamiento (autorregulación), es fundamental la planificación de acciones y barreras, pero las ayudas para la memoria también son útiles a fin de recordar el comportamiento en situaciones clave (por ejemplo, lavarse las manos antes de tocar la comida). Los enfoques comunitarios, como los clubes de salud comunitaria, demostraron ser efectivos en la promoción de la higiene; además, vale la pena explorar otras estrategias, como el diseño centrado en el comportamiento y las evaluaciones detalladas acerca de la motivación.

4. Fomentar el hábito: Se puede considerar la promoción del comportamiento habitual mediante el uso de señales (estímulos), como pasos que conducen hasta la instalación de lavado de manos. Además, las pruebas de comportamiento pueden ser útiles, por ejemplo, se le puede pedir a las personas que usen jabón o la instalación de lavado de manos durante dos semanas y luego entrevistarlas para conocer sus experiencias. En el caso de los niños, los juegos pueden ayudar a interiorizar la conexión entre el lavado de manos y los gérmenes.

Obstáculos comunes

A través de varios informes, reseñas y directrices, se observaron las siguientes debilidades en los programas para la promoción de la higiene:

  • Poner demasiado énfasis en la difusión de mensajes unidireccionales, sin escuchar, debatir y dialogar para que las personas puedan aclarar los problemas y encontrar la manera de adaptar los cambios a su situación específica.
  • Poner demasiado énfasis en el diseño de materiales promocionales, como carteles y folletos, antes de entender el problema adecuadamente.
  • Poner demasiado énfasis en la higiene personal y no el suficiente en el uso, la operación y el mantenimiento de las instalaciones.
  • No comunicar ni prestarle la suficiente atención a las medidas prácticas que las personas pueden adoptar.
  • Querer abordar demasiados comportamientos y audiencias al mismo tiempo. Las intervenciones sobre la promoción de la higiene durante una emergencia deben enfocarse en cambiar solo algunos comportamientos clave para generar mayor impacto en la salud (lavarse las manos con jabón, desechar el excremento de manera segura y las prácticas sobre el uso del agua segura en los hogares).
  • Creer que las personas siempre se sentirán motivadas por la promesa de tener mejor salud en el futuro, mientras no se exploran otras motivaciones, como el cuidado y el disgusto.
  • Asumir que todas las soluciones sobre el suministro de agua son apropiadas para todos los usuarios. Se deben identificar las necesidades específicas para los distintos tipos de usuarios y se deben adaptar los servicios y las instalaciones de manera correspondiente (véase X.15).
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