Las rutinas contribuyen al manejo de comportamientos de higiene y refuerzan una acción para que se conviertan en un hábito La planificación de rutinas puede ser interactiva, inicialmente haciendo Listas de verificación (p. ej. [T.20]) para controlar una actividad higiénica repetida (como lavarse las manos) hasta que se vuelva un hábito.
En emergencias, los hábitos de los hogares y las comunidades suelen verse alterados al encontrarse en situaciones o entornos desconocidos Se enfrentan a nuevos retos de higiene como los brotes de enfermedades y tienen que adaptarse para abordarlos. La creación de nuevas rutinas de higiene diarias como lavarse las manos, usar retretes y manipular los alimentos y el agua de forma segura puede llevar tiempo. Con el tiempo, la repetición sistemática de los comportamientos de higiene las convierte en un hábito cuando el comportamiento se vuelve automático y se hace casi sin pensar. La creación de rutinas puede integrarse con actividades grupales de compañeros en instituciones como escuelas T.50. Las rutinas pueden ser específicas de género, p. ej., puede que las mujeres y adolescentes tengan rutinas higiénicas diferentes en relación con la menstruación. La planificación de rutinas debe estar acompañada por el suministro regular de materiales como jabón para lavarse las manos P.6. Incluir muchos mensajes y tareas en una rutina puede confundir a la audiencia objetivo y socavar el cumplimiento. La facilidad y eficacia de la rutina también es importante para transformar una actividad en un hábito. Si la audiencia objetivo puede ver una mejora en sus estándares de vida y salud, se motivan para mantener el hábito. Se puede proporcionar un cronograma o plan de higiene a los niños para monitorear su progreso. Los promotores de higiene deben crear la rutina con las comunidades objetivo usando actividades grupales o proporcionando listas de verificación hasta que la rutina se convierta en un hábito. La tecnología como teléfonos inteligentes puede utilizarse para la planificación de rutinas al establecer señales T.9 como recordatorios regulares por parte de grupos de mensajes.
La fase de respuesta aguda no proporciona un entorno favorable para la planificación de rutinas y la formación de hábitos por la inestabilidad y las barreras como la falta de acceso a recursos como kits de jabón e higiene P.6. La planificación de rutinas es más aplicable a otras fases cuando existe un entorno más estable y tiempo para interactuar con la comunidad para elaborar rutinas a través de actividades grupales y grupos de autoayuda.
Mantener las rutinas simples y fáciles
Los adultos deben supervisar la rutina de los niños, tanto en los hogares como en las escuelas
Usar señales [T.9], p. ej. en el formato de medios impresos [T.33], listas de verificación [T.20] y materiales de IEC [T.19] para fomentar el cumplimiento de la rutina
Ser delicado con los hábitos tradicionales y religiosos
No se debe proporcionar demasiada información en una lista de verificación porque puede hacer que la rutina sea ardua
No se deben abordar varios hábitos de higiene al mismo tiempo
En un programa Adecuado para la Escuela (Fit for School) F.10 en Indonesia, la planificación de rutinas para el Lavado de manos supervisado en las escuelas T.50 se presentó para evitar la mezcla de distintos grupos etarios y la superpoblación en las estaciones de lavado de manos. La rutina es una medida para la reapertura segura de escuelas durante la pandemia de COVID-19. Asimismo, se incorporaron señales e incentivos T.9 para el distanciamiento físico así como mascarillas en pósteres para garantizar el cumplimiento.
UNC (undated): Changing Habits
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