La Entrevista Motivacional (EM) es un enfoque de la comunicación interpersonal entre los miembros de la comunidad y los promotores de la higiene que identifica las fortalezas, las aspiraciones y la autonomía de las personas para motivarlas a tomar acción en materia de higiene. Hace hincapié en escuchar y hacer preguntas para que las personas puedan identificar sus propias soluciones para mejorar la higiene.
Los cuatro principios clave utilizados para EM se resumen en el acrónimo RULE (por sus siglas en inglés): Resistir (Resisting) la tentación de decirle a las personas qué hacer; Entender (Understanding) que la persona debe querer cambiar por sus propias razones y no por las del facilitador; Escuchar (Listening) y llegar a soluciones al problema en lugar de presentar soluciones preparadas; Empoderar (Empowering) a la persona para que actúe si es capaz. El papel del facilitador es afirmar y resumir lo que se ha dicho y permitir que las personas se alejen y vean un problema de manera más objetiva. La EM emplea cuatro técnicas clave: (1) Preguntas abiertas, (2) Afirmaciones, (3) Escucha reflexiva y (4) Resúmenes. Este enfoque puede ser útil para comunicar cuestiones de higiene, como el lavado de manos o el tratamiento del agua para uso doméstico, a personas o grupos, pero puede adaptarse a cualquier interacción en la que se busque un cambio. Las herramientas de EM pueden ayudar a desarrollar competencias comunicativas interpersonales. También puede alentar a los promotores de higiene a ser menos didácticos en su enfoque. La capacitación y la práctica son necesarias para desarrollar las habilidades, pero todos los promotores de higiene pueden aprender y practicar los principios y técnicas principales.
Este enfoque de la comunicación se puede utilizar en todos los contextos y fases. Los principios se pueden aprender con facilidad. Las habilidades mejoran a través de la práctica y el uso en situaciones del mundo real. Se puede escalar rápidamente.
Escuchar atentamente y hacer preguntas a las personas sobre lo que les impide o les ayuda a tomar medidas
Ser empático y ponerse en el lugar del otro
Resumir y reflexionar periódicamente sobre lo dicho y preguntar si están de acuerdo
Animar a las personas a definir las acciones que pueden llevar a cabo y a ponerse de acuerdo sobre lo que sucederá a continuación
No decirle a las personas qué hacer, no imponer sus soluciones en los demás ni ofrecer consejos no solicitados
No discutir ni ser confrontativo
No actuar como si fuera un experto
Existe un uso documentado limitado de EM en el sector de WASH, aunque se ha utilizado en varios estudios de investigación, p. ej., en Zambia y en otros lugares para promover el lavado de manos. En uno de los estudios de Zambia, los voluntarios de salud fueron capacitados en EM y realizaron visitas al hogar T.18 para fomentar el uso de un tratamiento de agua para uso doméstico. Las tasas de compra del desinfectante promocionado fueron mucho más altas en el grupo EM que en el grupo de control; las tasas se mantuvieron durante los ocho meses de monitoreo de las ventas. En otro estudio, los voluntarios de salud visitaron los hogares cada cuatro semanas; la evaluación reveló un aumento de 16 veces en los residuos de cloro en el grupo EM (65%) en comparación con el grupo expuesto solo a educación sanitaria (4%).
Fuller, C., Taylor, P (2008): A Toolkit of Motivational Skills. Encouraging and Supporting Change in Individuals, John Wiley and Sons. ISBN 978-0-470-51658-4
Thevos, A., Olsen, S. et al. (2002): Social Marketing and Motivational Interviewing as Community Interventions for Safe Water Behaviors: Follow-up Surveys in Zambia, International Quarterly of Community Health Education. Vol. 21, Issue 1
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