Tras un incendio en el campo de refugiados de Moria en Lesbos, 13.000 refugiados de diversos países, entre ellos la República Democrática del Congo, Afganistán y Siria, fueron reubicados en un lugar rocoso en Kara Tepe. El campamento estaba superpoblado y las malas condiciones de vida eran particularmente difíciles para las personas con enfermedades crónicas y personas con discapacidad. La seguridad de las mujeres y los niños que viajan solos era una preocupación fundamental. Hubo importantes tensiones y conflictos entre diferentes grupos y nacionalidades dentro del campamento y una alta prevalencia de muchas enfermedades relacionadas con WASH, como diarrea aguda acuosa y sanguinolenta y sarna, así como COVID-19.
Condiciones previas y factores propicios
Existieron numerosas barreras técnicas y desafíos socioculturales a la hora de proporcionar infraestructura WASH para satisfacer las necesidades de los diferentes grupos. En invierno la temperatura puede llegar a los 7° centígrados. El terreno era rocoso y no había suministro de agua corriente ni electricidad, por lo que, inicialmente, las autoridades del campamento llevaron agua en camiones y instalaron baños químicos. Sin embargo, los baños no se utilizaban y muchos practicaban la defecación al aire libre, y algunas mujeres se sentían obligadas a defecar dentro de sus tiendas. Posteriormente, se diseñaron bloques de duchas segregados por género con la ayuda de miembros de la comunidad. Se prestó especial atención a la gestión de la higiene menstrual y a la privacidad. Cada bloque incluía un área de ducha más grande con duchas fijas para personas con necesidades especiales, como personas con discapacidades o padres con niños pequeños. Los aspectos sociales fueron un importante factor facilitador: las duchas se convirtieron en un importante lugar de interacción donde las mujeres podían reunirse con amigos y hablar.
Compromiso y participación comunitaria
Se crearon equipos de promoción de la higiene (HP), compuestos por voluntarios de la Cruz Roja Helénica procedentes de la comunidad del campamento y que representaban a todas sus nacionalidades. Los equipos diseñaron sus propias campañas de HP y de cambio de comportamiento y guiaron el diseño de las instalaciones WASH. Se puso un fuerte énfasis en la participación y en permitir que la comunidad genere sus propias soluciones a los problemas. Por ejemplo, los comentarios indicaron que los hombres también querían instalaciones de duchas para bebés porque ellos también eran cuidadores de los niños. Por el contrario, la falta de participación (particularmente cuando se impusieron medidas como los baños químicos) creó tensión e interrumpió la respuesta.
Cambio social y de comportamiento
El objetivo específico de la campaña de HP era permitir que las personas adoptaran prácticas de higiene seguras y hicieran el mejor uso de las instalaciones y servicios de WASH. Esto incluyó garantizar la operación y el mantenimiento eficaces de todas las instalaciones de WASH, incluidos baños, puntos de agua y duchas. Los cambios de comportamiento se lograron a través del diálogo y la discusión continuos con y entre las comunidades, incluido el monitoreo diario para recopilar información sobre barreras y motivadores (ver MEAL a continuación). Esta información luego se utilizó para ajustar y mejorar las actividades de HP. Es importante destacar que la comunidad se apropió de las duchas y los baños y propuso soluciones para garantizar su mantenimiento y abordar las cuestiones de protección y género. La participación y la responsabilidad de la comunidad fueron importantes impulsores del cambio de comportamiento.
Comunicación
Todas las actividades de HP enfatizaron la importancia de escuchar activamente a los afectados y alentaron a todos los voluntarios de la comunidad a ser respetuosos y empáticos al interactuar con otros miembros de la comunidad. Todos los mensajes informativos y el material IEC se produjeron junto con la comunidad y se compartieron en cinco idiomas diferentes. Se enfatizó la comunicación participativa: el lema era “escuchamos, compartimos, entendemos, respetamos e implementamos, no difundimos mensajes unidireccionales”. Se utilizó una guía de bolsillo de participación, género e inclusión para guiar a los voluntarios sobre las vías de derivación correctas, por ejemplo, sobre dónde podían enviar a alguien si se revelaba violencia o si había sospechas de problemas de protección infantil.
Valoración
Se realizó una valoración inicial para guiar el plan de respuesta, con información recopilada directamente de discusiones y observaciones con la comunidad y otras partes interesadas. También se utilizaron datos secundarios del ACNUR. Sin embargo, la valoración no es un proceso único. Una característica fundamental de la respuesta fue un proceso continuo e iterativo de “valoración, ajuste, revaloración y reajuste”. La valoración fue particularmente desafiante ya que la membresía de la comunidad cambiaba casi a diario y estaba compuesta por múltiples comunidades con diferentes perspectivas y necesidades sociales y religiosas. A lo largo de la respuesta, los voluntarios de la comunidad mantuvieron conversaciones diarias con hombres, mujeres y niños de diferentes nacionalidades, así como con personas con discapacidades, para comprender sus requisitos de WASH, protección y necesidades y cuestiones de género. El equipo de HP trabajó estrechamente con el equipo de hardware de agua y saneamiento, retroalimentando la información recopilada por los voluntarios para garantizar que los diseños técnicos fueran más apropiados y adaptados a las necesidades especiales.
MEAL
Se implementaron varios mecanismos de retroalimentación a lo largo de la respuesta WASH para que las personas comunicaran lo que les gustó y lo que no les gustó, informaran sobre lo que funcionaba o no y hicieran sugerencias sobre las instalaciones WASH, su uso y mantenimiento. Algunas de las herramientas utilizadas diariamente por los voluntarios para seguir el progreso e identificar problemas fueron: listas de verificación en papel, códigos QR vinculados a formularios de comentarios en diferentes idiomas, discusiones de grupos focales, visitas a hogares y grupos de WhatsApp. Como las duchas se habían convertido en un lugar importante para que las mujeres se reunieran, hablaran y compartieran, fueron una excelente fuente de información y comentarios para el equipo. Una asamblea diaria por la mañana con los 12 promotores de higiene también fue un valioso mecanismo de intercambio de conocimientos y retroalimentación. Cada mañana se actualizaba un gran gráfico visual con las necesidades y los desafíos encontrados el día anterior y las formas de superarlos, proporcionando un plan flexible y enfocado para el día siguiente.
