La cultura es una forma de identificar grupos de personas que comparten características y tradiciones comunes, como el idioma, las prácticas sociales, las actitudes y los valores. Como los estilos de comunicación están influenciados por la cultura y pueden variar entre comunidades, es importante entender las diferencias básicas de comunicación para poder comunicarse de manera efectiva. Una forma respetuosa de comunicarse con alguien (incluso el lenguaje corporal, la posición de sentado y el uso de ciertas palabras) puede variar de una comunidad a otra y de una región a otra y, especialmente, entre áreas urbanas, rurales y remotas. Las normas sociales y culturales B.6 también influyen en las prácticas de higiene. Las normas son reglas, creencias, expectativas y comportamientos que son apoyadas por la comunidad. Las normas sociales pueden facilitar la adaptación de las prácticas de higiene, pero a la mayoría de las personas les resulta difícil adoptar recomendaciones que no son consistentes con sus creencias y expectativas sociales. En estos casos, los influenciadores de la comunidad pueden actuar como campeones del comportamiento deseado T.22. Las normas que respaldan los comportamientos de higiene riesgosos deben identificarse y tratarse con grupos de personas para que las personas no se sientan atacadas o se pongan a la defensiva. La creación de mensajes positivos con respecto a la higiene por parte de líderes comunitarios que den un ejemplo positivo puede ser eficaz. El lenguaje a menudo se entrelaza con la cultura. Por lo tanto, las frases que pueden tener diferentes significados en varios contextos culturales deben usarse con cuidado. El material de comunicación debe estar disponible en el idioma local y traducirse con el apoyo de los miembros de la comunidad. También es importante que los materiales de comunicación utilicen imágenes y diseños culturalmente apropiados. Puede ser necesario comunicarse a través de intérpretes durante una respuesta de emergencia: el personal de respuesta puede provenir de diferentes partes del mundo a la comunidad afectada o incluso de otras regiones en países que hablan varios idiomas. Es fundamental que los intérpretes estén bien capacitados y adecuadamente informados sobre la terminología y las formas de trabajo de WASH.
Cultura:
Recordar que la cultura de una persona determinará la forma en que entiende la higiene y aprende sobre las creencias culturales específicas que rodean la higiene y la salud en la comunidad de la persona.
Averiguar cómo se entienden las prácticas de higiene en la comunidad afectada, así como las palabras que se utilizan para las enfermedades relacionadas con WASH.
Averiguar qué conceptos, comportamientos o lenguajes son tabú o inaceptables y qué prácticas se malinterpretan o causan vergüenza. Por ejemplo, la Salud Menstrual e Higiene P.7 siempre deben tratarse con cuidado y ciertos productos menstruales, como tampones o copas menstruales, pueden no ser siempre aceptables.
Utilizar un lenguaje sencillo y claro al expresar su preocupación y evitar hacer preguntas de manera condescendiente o emitiendo juicio.
Tener en cuenta el impacto que las normas culturales tienen en la comunicación. Por ejemplo, a algunas culturas no les gusta el contacto visual durante la comunicación y se sienten incómodos si se mantiene.
Mostrar sensibilidad a la comunicación no verbal, p. ej., las expresiones faciales, los gestos, la postura o el tono de voz, ya que desempeñan un papel importante en la comprensión de la audiencia.
Idioma:
Utilizar el idioma preferido de la audiencia objetivo siempre que sea posible.
Evitar la jerga técnica, las abreviaturas y las palabras complejas y proporcionar un glosario de los términos desconocidos que se utilizan en las comunicaciones escritas. Se debe usar una gramática simple, oraciones cortas y una voz activa.
Asegurarse de que el lenguaje sea sensible al género y apropiado para personas con necesidades específicas, como niños, personas con discapacidades y personas mayores (p. ej., influir en el vocabulario utilizado, el tamaño y el color de las letras elegidas y el contraste del fondo).
Asegurarse de que se contraten y utilicen intérpretes capacitados e informados siempre que el idioma preferido de la población afectada difiera del idioma del personal de respuesta (incluso si comparten un idioma común).
Comunicar un máximo de tres ideas a la vez. Es posible que los mensajes complejos no se entiendan o que sean abrumadores para la audiencia.
Evitar comunicaciones y materiales que refuercen los estereotipos culturales o de género.
Comunicar eficazmente de una manera que sea accesible para todos, respetuosa y considerada de las diferencias culturales, el contexto y las necesidades específicas.
La cultura de una persona desempeña un papel muy importante en la manera en que entiende y habla sobre la salud y la higiene. Por ende, el contexto espiritual o cultural de los comportamientos de la persona se deben tener en cuenta.
No asumir que una forma aceptable de comunicarse en una cultura es universalmente aplicable a todas las culturas. Es importante ser consciente de la propia cultura y de los prejuicios.
La incorporación activa de la conciencia de las prácticas culturales en las interacciones de la comunidad ayuda a desarrollar la confianza y hace que la audiencia esté más dispuesta a aceptar el contenido de la comunicación.
Usar un lenguaje apropiado puede ayudar a evitar situaciones incómodas y reducir la desconfianza y los sentimientos de vergüenza entre las audiencias objetivo.
Las diferentes culturas entienden y perciben una situación de manera diferente. Dentro de cada cultura, las características de género, generacionales y socioeconómicas difieren. Las discapacidades y las necesidades especiales pueden entenderse de manera diferente. La comunicación no verbal se puede interpretar de diversas maneras en cada cultura.
Las consideraciones culturales influyen la elección de las comunicaciones orales, escritas y visuales. Las imágenes y las interfaces virtuales tienen diferentes significados en diferentes idiomas y culturas (p. ej., algunos idiomas se escriben y se leen de derecha a izquierda y las imágenes pueden seguir el mismo criterio).
Barrantes, S., Rodriguez, M. et al. (2009): Information Management and Communication in Emergencies and Disasters. Manual for Disaster Response Teams, PAHO, WHO
WHO (2017): WHO Strategic Communications Framework for Effective Communications
Translators without Borders, Oxfam (2021): Six Tips for Humanitarians Working with Interpreters on Sensitive Topics
Mental Health First Aid Australia (2008): Cultural Considerations and Communication Techniques. Guidelines for Providing Mental Health First Aid to an Aboriginal or Torres Strait Islander Person
Speak First (2009): Cultural Diversity – Tips for Communicating with Cultural Awareness
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